El antiguo alumno del Máster de Ingeniería Industrial de Tecnun, Jon García Urbieta, ha sido invitado este verano al Acto de Graduación del MIT por los que fueron sus compañeros del laboratori Space Propulsion Lab el pasado año. Urbieta estuvo durante un año desarrollando una Master Thesis en investigación en Boston, y fue, sin duda, una de las mejores experiencias de su vida.

“En el MIT trabajan en lo que creen que va a ser la tecnología del futuro, la que estará de aquí a 10 o 20 años. Ves departamentos de energía trabajando en fusión, laboratorios audiovisuales trabajando en la siguiente plataforma al Smartphone… Allí se preguntan continuamente qué va a ser lo siguiente. Quieren ser los primeros y trabajan en proyectos tecnológicos de gran impacto social”, destaca García Urbierta. Cuando recuerda cómo consiguió su admisión en esta prestigiosa universidad, repite algo que aprendió durante su estancia en Tecnun: “Si algo te motiva mucho, te marcas un objetivo y trabajas orientándote hacia él, puedes conseguir todo lo que te propongas. Mi experiencia en Tecnun ha sido buenísima, notas una diferencia fuerte desde que entras en primero y sales con el Máster. Te permite hacer un click que te prepara para el mundo profesional”, cuenta esbozando una sonrisa.

Desde tercero de carrera Jon sabía que quería trabajar en el MIT. “Cuando terminé el Máster conseguí la oportunidad de tener una entrevista en Boston aun sabiendo que no era seguro. Pero vi que tenían interés en conocerme, aprendí a quitar ese miedo, y al final, obtuve la admisión”, continúa el donostiarra.

“Mi proyecto consistió en la caracterización y ensayo de potenciales propelentes (líquidos iónicos) para propulsores ion electrospray”, explica el antiguo alumno de Tecnun. “Se trata de propulsión eléctrica para CubeSats, satélites de pequeño tamaño. La función de estos propulsores es realizar el control de actitud (maniobras de alta precisión una vez en el espacio). Pude trabajar y analizar los líquidos iónicos utilizados para generar dicha propulsión, en concreto unos muy especiales. Fui el primero en el mundo en ensayar varios de ellos.”

Todo su trabajo está documentado en un extenso archivo. Cuando regresó de la aventura bostoniana quiso realizar un análisis del trabajo desarrollado, de las herramientas empleadas y de los resultados obtenidos, instaurando una metodología de referencia. Y, recientemente, ha recibido la noticia de que este documento va a publicarse en la intranet del laboratorio del MIT en el que estuvo trabajando. Ilusionado reconoce que su tutor y director del laboratorio le ha transmitido que las líneas de investigación que dejó abiertas darían pie a futuras tesis. “Me hace mucha ilusión escuchar eso, y también que compañeros míos hayan referenciado mi trabajo”, continúa con humildad.

Actualmente, Urbieta trabaja en el departamento de motores eléctricos de GKN Automotive y su labor está relacionada con la labor que desarrolló en el MIT en el área de la propulsión eléctrica. “El hecho de haber estado en el MIT te prestigia, no solo porque está considerada una de las mejores universidades del mundo, sino por la experiencia adquirida. La oportunidad de trabajar y aprender de los mejores del mundo en el campo, trabajar en equipos diversos desarrollando competencias interculturales y multidisciplinares y la sensación de abrirte la mente, consiguiendo una visión muy completa.”

Urbieta insiste en la experiencia adquirida en Boston, que, sin duda, exprimió desde sus inicios. Su versatilidad le llevó a compaginar la realización de dicho proyecto de investigación con distintas actividades. Formó parte del equipo de futbol del MIT, obteniendo el subcampeonato en la copa estatal. Participó en una Design Hackathon de las ciudades del futuro llegando a la final y presentando su trabajo ante expertos a nivel mundial como Don Norman, contribuyó a la organización de una conferencia de Blockchain, asistió a distintas charlas entre la que destaca la del reconocido astronauta Scott Tingle, e impartió sesiones de diseño mecánico y térmico con herramientas de elementos finitos en el programa de diseño de un CubeSat bajo el nombre Misión Colibrí, junto a la colaboración del profesor Álvaro Lleó en el área de gestión de equipos, con estudiantes de la Universidad Panamericana (UP). También cursó la asignatura de Propulsión Espacial del posgrado de la escuela AeroAstro del MIT, obteniendo una excelente calificación. Y, por si fuera poco, realizó en la universidad de Harvard una asignatura más ligada al business, para completar la parte técnica con un perfil de Management.

A día de hoy, si se pregunta por su futuro, responde que se ve trabajando en un sector que esté en plena ebullición, como lo es actualmente la electrificación de la automoción. “Me veo y me llama trabajar en la vanguardia de la tecnología porque te da oportunidad de aprender muchísimo”, concluye el joven ingeniero. 

Recientemente, ha sido invitado a la 36ª Conferencia Internacional de Propulsión Eléctrica que se celebrará en Viena el próximo mes de septiembre, formando parte del equipo del Space Propulsion Lab del MIT.