Donostiarra, ingeniero en formación y deportista nato. El estudiante Julen Menchaca, jugador de la Real Sociedad, es ahora también voluntario del proyecto Eskutik de Cruz Roja Gipuzkoa, cuyo objetivo es acompañar a niños en situación desfavorecida que viven en pisos tutelados por la Diputación Foral.

“Mi labor en la Cruz Roja consiste en ser un apoyo para el niño debido a la ausencia de la figura parental en su vida cotidiana. Ante esa falta es imprescindible que tenga un apoyo en el cual él se sienta seguro y confíe en ti como si fueras un hermano mayor”, explica Menchaca. “Compartimos momentos con niños que viven en centros de acogida porque sus padres han perdido la tutela, y esa situación facilita que se vean influenciados por actitudes agresivas, poco educadas y solitarias”, describe. Por eso, en palabras de Julen, es tan importante el apoyo que reciben no solo por los instructores, sino también de personas colaboradoras que como él que acuden una o varias veces por semana a visitarles.  

“La situación en la que vive actualmente es un tanto complicada. Sus padres no se hacían cargo como deberían de él y el niño era un poco, aunque parezca mentira, el que ejercía de padre con ellos, a pesar de que tenga 12 años”, se lamenta Julen tras varios meses acompañando al menor.

“A pesar de la diferencia de edad siento que poco a poco empiezo a intimar más con él y él empieza a estar más seguro y a gusto conmigo. Es verdad que nos vemos una vez por semana, pero de momento las sensaciones son muy positivas”, confiesa.

El voluntariado rompe prejuicios y abre conciencias. Así lo siente Julen al reconocer que no sabía lo significativa que era “la figura del voluntario” para un niño al que le ha tocado vivir algo así. “Poco a poco comienzo a notar que cada vez agradece más mi presencia. Esto sobre todo se nota al entrar a casa o cuando me ve y viene corriendo a saludarme. También lo veo al despedirme porque notas como en realidad no quiere que te vayas”.