“La obra que hemos elegido de Chismarracos te acerca a una mezcla de mundos muy distintos”

Los estudiantes del grupo de teatro Chismarracos volverán al escenario hoy, martes 21, y el jueves, 23 de marzo, para interpretar la obra “Maribel y la extraña familia” que llevan ensayando desde enero.  “La interpretación del lunes, como primer día, fue espectacular. Los chicos lo hicieron de escándalo”, se sincera el director venezolano y estudiante de 4º de Ingeniería Biomédica, Manuel Álvarez.

“La obra trata de una chica que conoce a una familia extraña y que proviene de mundos muy distintos”, adelanta la también directora y alumna vitoriana de 4º de Ingeniería Biomédica, Estibaliz Ortega.  Hasta ahí pueden leer, pero tienen claro que el mensaje de la obra y la calidad de los artistas no dejará indiferente a nadie.

Detrás del telón

Los directores cuentan qué hay detrás de Chismarracos. Estibaliz Ortega y Manuel Álvarez han querido relatar qué hay detrás de este grupo de teatro universitario. Aunque hasta el segundo cuatrimestre no empiezan a ensayar la obra, mucho antes calientan motores con otras actividades para “quitarse el miedo al escenario y que el grupo se conozca mejor”, tal y como reconoce Estibaliz. “Todos estos juegos y dinámicas les ayudan a mejorar su habilidad con el cuerpo”, continúa Manuel Álvarez.  La clave, cuentan, es que los estudiantes y actores se acostumbren a manejarse bajo la improvisación.

Ella hizo teatro en el colegio en primaria y en primero de carrera decidió “probar”. A Manuel, que también tiene experiencia encima de un escenario, le gustó la idea de divertirse y conocer gente nueva, aunque se lanzó a la aventura de chismas el pasado año.  Estibaliz tiene claro que prefiere actuar antes que dirigir. “Está muy bien y es divertido, pero es más fácil actuar. Dirigir es duro porque tienes mucha responsabilidad. Tienes un grupo de personas que va a acudir a ti en caso de dudas. Como te importan ellas y te importa la obra, y quieres hacerlo bien, es más complicado”, explica.  Por su parte, Manuel destaca lo que le llena tener el control y la visión creativa de la obra.

La evolución de la obra ha ido de la mano de la soltura que han ido cogiendo los integrantes del equipo. Ambos hablan de chismas como un grupo de amigos que actúa para divertirse y hacer disfrutar al espectador.  “El equipo se conocía de antes y entre ellos se saludaban, pero no les veías juntos. A medida que fuimos haciendo la obra, se han ido forjando amistades y eso ayuda mucho, porque ves que la manera de reaccionar es mucho más real y queda poco fingido”, reconoce el alumno.  “Es muy bonito ver cómo se crea una amistad entre personas que no se conocían. Y eso, como directores, se percibe”, finaliza Estibaliz.