Álvaro Lleó, profesor de Dirección de Personas en Tecnun, se encuentra en Boston investigando sobre la implantación del propósito en las organizaciones, gracias a una beca Fulbright. Allí le sorprendió la crisis del COVID-19.

¿Cuánto tiempo va a estar allí y cuál es el motivo de su estancia?

Voy a estar aquí hasta finales de agosto. Actualmente trabajo en un proyecto sobre la implantación del propósito en las organizaciones. Hemos desarrollado una herramienta para medir el grado de implantación del propósito en una organización, sus efectos y las palancas sobre las que se puede actuar para potenciarlo. Estamos evaluando a distintas organizaciones y, con los datos recopilados, estamos generando un observatorio para hacer investigación cuantitativa y entender mejor el fenómeno del propósito.

En esta estancia quiero mejorar el modelo y ver si podemos incorporar nuevas variables. Además, estamos evaluando empresas americanas con lo que te permite ampliar y diversificar la muestra de datos. También quiero escribir y enviar 3 artículos.

¿De qué forma cree que le va a hacer crecer esta estancia?

De muchas formas. Lo primero es que el propio ambiente contagia. El mero hecho de estar con gente del entorno de Harvard y MIT hace que aprendas mucho. Hay gente muy buena aquí.

Concretando un poco más, investigo y doy clase sobre dirección de personas. Al ir ambas líneas de la mano, tengo la suerte de poder aplicar en las aulas los resultados de mi investigación. Aquí estoy teniendo reuniones con gente a la vanguardia de la investigación sobre el propósito. Todavía no he pensado cómo, pero seguro que en las clases del Master del año que viene introduciré muchas cosas que estoy viendo aquí.

¿Qué es lo que más destacaría del tiempo que lleva allí?

Fue muy impresionante la rapidez y la contundencia con la que Harvard (y luego se unieron las demás universidades) envió a todos los alumnos a casa y decidió que las clases iban a ser online el resto de curso. También se ha anulado el acto de graduación, que aquí tiene mucha relevancia.  

¿Qué le ha podido aportar Tecnun para afrontar mejor esta experiencia?

Sin lugar a dudas, la cercanía y el cariño de mucha gente de Tecnun. Muy pronto, muchos me escribieron o me llamaron preguntándome qué tal estaba, si necesitaba algo…Te das cuenta de que la gente se preocupa por ti y te aprecia y eso da mucha fuerza para sobrellevar la situación.

¿Han cambiado mucho sus planes con la situación actual?

Sí y no.

Sí, porque las relaciones se resienten. Creo que, en una estancia, una de las cosas más importantes son las relaciones y las experiencias que tienes. Si la gente está en casa no puedes tener tanta relación, y que la universidad físicamente esté cerrada hace que no puedas vivir experiencias muy interesantes (ir a una clase presencial, estar en seminarios de investigación, asistir a eventos que se organizan o tomar un café con un profesor…).

Y no, porque ya he estado tres veces aquí anteriormente y ya conozco a gente. Hablas con unos y te van introduciendo a nuevas personas. Skype y zoom me han permitido seguir teniendo reuniones virtuales (no es lo mismo que una reunión cara a cara, pero no está mal).

Por otro lado, mi investigación no requiere de laboratorios con lo que yo ya sabía que iba a pasar mucho tiempo trabajando solo delante del ordenador. En esto, lo único que ha cambiado es que antes lo hacía en el despacho o en la biblioteca de la Universidad y ahora lo hago desde casa.

¿Cómo está viviendo esta situación y cuál es el clima allí?

Una de las cosas buenas de Boston es que no se ha decretado confinamiento. Se han cerrado las universidades, se anima a la gente que se quede en casa y sólo abren los comercios esenciales, pero ¡podemos salir a la calle. Ahora que está empezando la primavera, es un regalo poder dar una vuelta y tomar el aire por la calle. Reconozco que en esto soy un privilegiado.