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"Me gusta crear cosas. Imaginármelas de manera distinta a como son"
Manuel María Salazar Lozano, el vallisoletano que repensó la orilla del Urumea
Reproducimos a continuación la entrevista de Begoña del Teso en el Diario Vasco al alumno de Tecnun, Manu Salazar.
“Simanquino. De donde el Archivo General, aquel obispo Acuña –comunero que luchó por la reina Juana– y la iglesia de El Salvador, gótica con reminiscencias renacentistas y torre románica. Allí se ha casado hace nada su hermana Camino. Su hermano, Mariano, también es ingeniero. Manuel usa un patín longboard como medio de transporte por esta ciudad. Cursa en la Universidad de Navarra Ingeniería de Diseño y Desarrollo de Productos.
A veces has utilizado el skate para algo más que para ahorrarte el billete o la Mugi del bus. Lo sé.
Entonces, ¿te han contado la historia de cuando bajé la carretera del Faro enganchado a una moto?
Me lo han contado, sí. Te pondrías casco, al menos.
Por supuesto. Y la moto, una scooter, la llevaba un buen amigo que ya no está y que pilotaba más que bien, Álvaro Vilallonga.
Fue grande, sí. ¿Qué recuerdas de aquella experiencia?
Que conste que escogimos una hora de poco tráfico y que fuimos despacio. Pero recuerdo la sensación de... velocidad, libertad y adrenalina. De vértigo. Las curvas. Y el mar al otro lado del pretil. Allá abajo.
Tendrás que explicar ahora eso de 'el vallisoletano que repensó la orilla del Urumea'.
Primero, que quede claro que no la repensé solo sino con compañeros.
Hecho. Continúa.
Si he elegido la especialidad de Diseño y Desarrollo de Productos es, precisamente, porque me gusta (re)crear cosas. Imaginármelas de manera distinta a como son. Participamos en un concurso de Innovación organizado por el Ayuntamiento de Donosti y, sí, presentamos una idea de cambiar la orilla del Urumea. Hacer, en cierta manera, casi como un paseo marítimo, algo que te hacía pensar en el de La Concha, para que la gente caminase, se entretuviera, descansase y no perdiese nunca el contacto con el río.
Tú te acercaste a él después de un Domingo de Regatas en La Concha.
Yo soy de lugar con río, no lo olvides. El Pisuerga pasa por Simancas pero sí, me pareció un espectáculo tan fascinante que decidí (decidimos unos cuantos) formar un club de remo en Tecnun. Banco móvil. Ahí estamos. Es una maravilla remar en el río. En los atardeceres del otoño, por ejemplo. Además, no me negarás que el remo es un deporte muy pero que muy universitario.
¡La regata Oxford-Cambridge! En el Támesis. Desde 1856, aunque la primera se disputó en 1829.
La próxima será el 7 de abril. 83 veces ha ganado Cambridge. 80 Oxford.
También has (habéis) formado un club de fotografía en vuestro Colegio Mayor Ayete.
¿Por qué no? Me gusta hacer de fotógrafo en seminarios, charlas, conferencias, convivencias de estudio. Al principio disparaba en cuanto empezaba la sesión. Pero me fui dando cuenta de que no era buena idea.
¿Por qué?
Porque atrapaba a los participantes cuando aún se sentían nerviosos, incómodos; cuando todavía no se habían hecho con la audiencia. He aprendido a esperar. A esperar a que lancen la primera broma, a que estén a gusto, en buena comunicación con la gente.
¿Autodidacta?
Pues sí. Mucho tutorial de internet. Porque de pronto tuve que impartir unas primeras nociones de foto a los nuevos socios del club. Toda una responsabilidad, no creas.
Me imagino, me imagino. ¿Y esa historia marxiana/marciana de comprar (muchos) despertadores?
Nos embarcamos en una campaña de reducción del uso del móvil. En los espacios comunes del Colegio Mayor. Conminamos a los compañeros a que los dejaran en una taquilla preparada para ello cuando pasasen a la sala de estar o al comedor. Salió bien. Pensamos en convencerles también de que los desconectasen a la hora de ir a la cama pero...
¿Qué?
Muchos adujeron que los utilizaban como despertador.
Y no mentían.
Para nada; pero entonces se nos ocurrió lo que contamos ahí arriba, compramos muchos relojes despertadores y se los dimos a todos los que estaban de acuerdo en dejar sus móviles por la noche en la taquilla.
¿Salió bien?
Bastante. Ahora estamos intentando crear una serie de incentivos para continuar reduciendo su uso.
¿Incentivos?
Como esa empresa francesa que propuso a sus empleados reducciones de jornada, días libres o más vacaciones a medida de que fueran dejando de ser movildependientes.
Me pregunto si no tendrás algo en contra de las nuevas tecnologías.
¿Yo? En 2º de bachiller me impliqué en una historia de hacer comprender a la gente mayor el uso de los móviles e internet. Soy ingeniero. De diseño, pero ingeniero. Necesito de la tecnología para crear.