Iñaki de Zaldua estudió Ingeniería Industrial en Tecnun y en el segundo ciclo se cambió a Ingeniería de Organización Industrial. “Mi primo estudió y se doctoró en Tecnun y tenía, por tanto, experiencias previas muy positivas”, destaca de Zaldua, que actualmente trabaja en el Fútbol Club Barcelona, tras lograr hacer el Trabajo de Fin de Grado (TFG) en ese club.

¿Qué destacarías de tu paso por la Escuela?

Son años importantes a nivel personal. La presión por el futuro, las expectativas que nos genera la gente que nos quiere… a veces no es fácil de gestionar con 20 años. Por lo que, al margen del proceso y el aprendizaje académico, destaco el ambiente que se respiraba en la Escuela. Fueron muchas horas allí, acababas llegando a primera hora de la mañana y salías por la tarde. Y yo no era un alumno modélico, para qué nos vamos a engañar. Pero la Escuela siempre te ofrecía una nueva oportunidad de levantarte cuando tropezabas. A veces confiaban en tus posibilidades más que tú mismo. Quizás en el momento no sabes valorarlo, pero eso no se encuentra en cualquier centro.

¿Cómo surgió la opción de hacer el proyecto fin de carrera en el Barca?

Por razones personales me trasladé a vivir a Barcelona. Y me faltaba por hacer el PFG. Así que tuve que ponerme ‘manos a la obra’ y salir a la calle a buscar una oportunidad que poder presentar a la Escuela.

Así que abrí dos líneas de búsqueda: La “convencional”: me acerqué a la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) a ver si me podían echar una mano. De este modo conseguí una opción de PFG a través de su Cátedra SEAT.

Y la “curiosa” es esta: me atraía la opción de probar en una empresa «especial». Así que decidí probar suerte con el FC Barcelona. Hice un poco de investigación para lograr encontrar vías de contacto con algunas personas de dentro del club y tracé una estrategia para «vender» las bondades que un PFG podía traerles. Yo no conocía a nadie dentro y, por tanto, tenía que tener un discurso conciso e interesante. Haciendo un poco de investigación logré dar con una vía de contacto con varios de los vicepresidentes del club y a uno de ellos le pareció que mi PFG representaba una oportunidad interesante para ellos, además de la que representaba para mí.

¿Algún profesor de Tecnun tuvo algo que ver en la elección definitiva?

Sí, el resto de la historia fue posible gracias a Jose Mari Sarriegui. Yo me presentaba en Tecnun con dos opciones de PFG: una en el sector industrial y otra en una empresa «atípica». Y eso, quieras que no, te genera algunas dudas. Quizás “lo mejor para mí” no tenía por qué ser “lo que más me apetecía hacer”.

Fue ‘Sarri’, que en aquel momento era quien daba el visto bueno a los PFG en el departamento de Organización, quien me invitó a apostar por el FC Barcelona. Como si se hubiera contagiado de mi ilusión, desgranó punto por punto por qué el proyecto en el Barça que le presentaba era, desde una óptica académica y profesional, más interesante que el que le traía de SEAT. Toda una liberación, vamos: lo académico se alineaba con aquello que me motivaba.

Me apenó mucho su fallecimiento y le recuerdo a menudo. Hay una parte de mi vida actual que se la debo a aquella mañana en su despacho y a las «discusiones» que teníamos en nuestra relación profesor-alumno. Siempre me decía que le daba mucha rabia que yo no exprimiera todo mi potencial. No sé por qué, pero es algo que me ha marcado profesionalmente. Aprovecho para mandar un abrazo a la familia y a la gente de Tecnun que, a buen seguro, le añora, y mucho.

¿Cómo es tu día a día en Barcelona?

El FC Barcelona es un aprendizaje constante. La parcela deportiva es el elemento más reconocible del club para la gente. En ocasiones el único, soy consciente. Pero se trabaja muchísimo a otros niveles. Yo particularmente estoy involucrado en la revisión de los procesos del Área Social ya implantados, en tratar de encontrar oportunidades de mejora y en participar en el diseño de nuevos procesos. Trabajo codo con codo con el departamento de IT del club y buscamos constantemente vías de optimización en el trabajo de los compañeros y en las relaciones entre el club y los agentes externos. Además, desde hace un tiempo estamos tratando de ir evolucionando de un modelo funcional a uno de administración por procesos.

¿Qué les dirías a los alumnos cuando sueñan con hacer un proyecto o trabajar en una empresa, y no saben cómo llegar a ellos?

Llegar a trabajar en la empresa en la que uno sueña no está exclusivamente en nuestras manos, por desgracia. Siempre tiene que haber un punto de suerte. O aparecer en el lugar adecuado, en el momento preciso; que al fin y al cabo es lo mismo. No se me da bien dar consejos, pero si tuviera que hacerlo supongo que insistiría en que tuvieran un relato. No hay una receta mágica. Las empresas no tienen tiempo que perder y hay que saber desgranar qué puedes aportarles en el corto plazo a ellos, concretamente, sin ambigüedades.

Una vez tenemos ese relato se trata de estudiar el organigrama de la empresa y trazar una estrategia para trasladarlo a la persona que creamos más conveniente en función de lo que hayamos descubierto. Hoy en día, en esta era de las redes, es más sencillo poder hacerse una idea de la estructura de una organización. Pero todo esto requiere de bastante tiempo y dedicación. En definitiva: relato, trabajo de investigación y suerte.